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Como padre, no hay nada más desgarrador que ver a tu pequeño luchar con una tos o un resfriado. Esas noches de preocupación por su respiración congestionada y la búsqueda constante de consuelo pueden dejarte con la boca abierta. Pero, ¿cómo saber si es solo un virus molesto o algo que requiere atención profesional? En esta entrada del blog, desentrañaremos el misterio de las enfermedades pediátricas y te ofreceremos consejos prácticos para sobrellevar esos días de resfriado. Desde comprender los síntomas comunes hasta saber cuándo es el momento de visitar al pediatra, ¡te ayudamos!

Entendiendo el Resfriado y la Tos en Niños

Como padre, puede ser preocupante que tu hijo se resfríe o tenga tos. Estas dolencias comunes suelen ser parte de la infancia, pero aun así es importante comprenderlas para brindarle la mejor atención. En esta sección, profundizaremos en la comprensión de los resfriados y la tos en niños.

El resfriado es una infección viral que afecta las vías respiratorias superiores, que incluyen nariz, garganta, senos paranasales y oídos. Es una de las enfermedades más comunes en niños y se transmite fácilmente de persona a persona a través del contacto con secreciones respiratorias infectadas. Los resfriados suelen comenzar con dolor de garganta, goteo nasal, congestión, estornudos y, en ocasiones, fiebre. Estos síntomas suelen durar unos 10 días, pero su gravedad varía según el niño.

Por otro lado, la tos suele asociarse con un resfriado, pero también puede deberse a alergias o asma. La tos es simplemente un reflejo involuntario que ayuda a eliminar la mucosidad o partículas extrañas de los pulmones y la garganta. Los niños pueden experimentar episodios de tos seca o productiva (con flema) durante un resfriado.

En la mayoría de los casos, tanto el resfriado como la tos son enfermedades leves que no requieren atención médica, ya que suelen remitir por sí solas en una o dos semanas. Sin embargo, hay casos en los que es necesario buscar ayuda médica.

Una de las principales preocupaciones de los padres con respecto a los resfriados es la posibilidad de que se agraven, como neumonía o bronquitis. Si bien estas afecciones son posibles complicaciones del virus del resfriado, son bastante poco comunes en niños sanos sin problemas de salud subyacentes.

Sin embargo, si su hijo presenta dificultad para respirar, que puede incluir frecuencias respiratorias rápidas con retracciones torácicas (cuando los músculos del pecho se hunden al respirar), sibilancias (silbidos al respirar) y coloración azulada de la piel alrededor de los labios y las fosas nasales, debe llevarlo al pediatra de inmediato.

Además, si su hijo tiene fiebre persistente o alta (superior a 38 °C), parece aletargado e irritable, no come bien o tiene tos intensa que persiste durante más de dos semanas, lo mejor es visitar al pediatra para una evaluación y tratamiento adicionales.

También es importante comprender la diferencia entre los síntomas del resfriado y la gripe, ya que a menudo se confunden. La gripe suele comenzar con la aparición repentina de fiebre alta, escalofríos, dolores corporales y fatiga, además de síntomas respiratorios como tos y congestión. Si sospecha que su hijo puede tener gripe, consulte a su pediatra para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados.

Si bien los resfriados y la tos pueden ser difíciles de controlar en los niños, comprender los conceptos básicos sobre estas enfermedades comunes puede ayudar a los padres a tomar decisiones informadas sobre cuándo buscar ayuda médica para sus pequeños. Esté atento a los síntomas de su hijo y no dude en consultar a su pediatra si es necesario.

Identificación de factores de alto riesgo

Si bien la mayoría de los resfriados y las toses en niños son leves y se resuelven por sí solos, existen ciertos factores de alto riesgo que indican la necesidad de atención médica. Identificar estos factores de riesgo es crucial para garantizar la atención y el tratamiento adecuados para la enfermedad de su hijo.

1. Edad: Los bebés pequeños (menores de tres meses) tienen un mayor riesgo de sufrir complicaciones por infecciones respiratorias debido a la inmadurez de su sistema inmunitario. Por lo tanto, si su bebé presenta algún síntoma de resfriado o tos, se recomienda buscar atención médica de inmediato.

2. Afecciones preexistentes: Los niños con afecciones preexistentes como asma, cardiopatías o sistemas inmunitarios debilitados son más susceptibles a desarrollar síntomas graves de infecciones respiratorias comunes. Es fundamental consultar con el pediatra si su hijo tiene alguna afección preexistente para determinar el mejor tratamiento.

3. Duración de los síntomas: La mayoría de los resfriados y la tos deberían desaparecer en una o dos semanas sin tratamiento específico. Sin embargo, si los síntomas de su hijo persisten durante más de diez días o parecen empeorar en lugar de mejorar, podría indicar una infección más grave que requiere atención médica.

4. Dificultad para respirar: Si su hijo experimenta dificultad para respirar, como respiraciones rápidas o superficiales, sibilancias o tiraje torácico (cuando la piel se hunde entre las costillas), podría ser un signo de neumonía u otra infección respiratoria que requiere atención médica inmediata.

5. Deshidratación: Una complicación común de enfermedades virales como resfriados y tos en niños es la deshidratación, causada por una mayor pérdida de líquidos debido a la fiebre y la producción de moco. Si su hijo presenta signos de deshidratación, como disminución de la producción de orina, sequedad bucal o labial, ojos hundidos, letargo o irritabilidad, busque atención médica inmediata.

6. Síntomas inusuales: Algunos síntomas menos comunes, pero preocupantes, que pueden requerir una visita al pediatra incluyen fiebre alta (superior a 38 °C), sarpullido, dolor de oído o dolor de cabeza intenso. Estos podrían ser signos de una infección o complicación secundaria y no deben ignorarse.

Es fundamental conocer estos factores de alto riesgo cuando su hijo tenga un resfriado o tos. Si su hijo se encuentra en alguna de estas categorías de riesgo o presenta síntomas preocupantes, lo mejor es buscar atención médica de su pediatra de inmediato. La identificación y el tratamiento tempranos pueden ayudar a prevenir la propagación de la infección y garantizar que su hijo reciba la atención adecuada para su enfermedad. Recuerde: en caso de duda, consulte siempre con un profesional médico para la seguridad y el bienestar de su hijo.

Cuándo llamar al pediatra

Cuando su hijo está resfriado o tos, puede ser difícil determinar si debe llamar al pediatra. Como padre, es importante prestar atención a los síntomas de su hijo y saber cuándo es necesario buscar ayuda médica.

Aquí tiene algunas pautas generales sobre cuándo llamar al pediatra:

1. Si su hijo tiene menos de 3 meses y está resfriado o tos: Los bebés menores de 3 meses tienen un sistema inmunitario inmaduro, lo que los hace más susceptibles a las enfermedades. Si su recién nacido presenta algún signo de resfriado o tos persistente, lo mejor es llevarlo al pediatra.

2. Si su hijo tiene fiebre alta: La fiebre es una de las formas en que el cuerpo combate las infecciones, pero si supera los 38 °C en bebés y niños pequeños o los 39 °C en niños mayores, debe llamar al pediatra de inmediato. Es posible que su hijo necesite medicamentos o una evaluación adicional para detectar otras posibles causas de la fiebre.

3. Si presenta dificultad para respirar: Si su hijo tiene dificultad para respirar debido a un resfriado o tos, esto podría ser señal de un problema subyacente como asma o neumonía. Preste atención a la respiración rápida, sibilancias, dificultad para respirar, congestión en el pecho y coloración azulada alrededor de los labios y los dedos. Estos síntomas justifican una visita inmediata al pediatra.

4. Si los síntomas duran más de lo habitual: Los resfriados suelen durar hasta dos semanas, mientras que la tos puede persistir hasta cuatro semanas en los niños. Sin embargo, si los síntomas persisten más tiempo sin mejoría o parecen tan graves que interfieren con las actividades diarias (como el sueño), podría ser el momento de una cita médica.

5. Si presenta vómitos/diarrea: La gastroenteritis viral suele presentarse con vómitos o diarrea, junto con otros síntomas como fiebre y fatiga, que pueden deshidratar rápidamente a los bebés. Es importante buscar ayuda médica si su hijo presenta vómitos o diarrea junto con el resfriado o la tos.

6. Si hay otros síntomas preocupantes: Además de los mencionados anteriormente, existen otras señales de alerta que deberían indicarle que llame al pediatra. Estas incluyen rigidez de nuca, letargo, fuertes dolores de cabeza, pérdida de apetito o peso, y erupciones visibles en la piel. Si nota alguno de estos síntomas en su hijo junto con el resfriado o la tos, lo mejor es consultar con un médico de inmediato.

Si bien la mayoría de los resfriados y las toses se pueden tratar en casa con reposo y abundantes líquidos, es importante que los padres sepan cuándo es el momento de buscar atención médica. Siempre confíe en su instinto y no dude en llamar al pediatra si tiene alguna inquietud sobre la salud de su hijo.

7. Remedios naturales: Algunos padres también optan por usar remedios naturales para los síntomas del resfriado de sus hijos. Estos pueden incluir miel para aliviar la tos o aceites esenciales para la congestión y el bienestar general. Es fundamental consultar con el pediatra antes de usar cualquier remedio natural para garantizar que sea apropiado y seguro para su hijo.

Existen diversas opciones de tratamiento para niños con resfriado; sin embargo, es fundamental consultar con el pediatra de su hijo antes de intentar cualquiera de estos tratamientos. También es importante vigilar de cerca la condición de su hijo y buscar atención médica si sus síntomas empeoran o no mejoran después de unos días. Al ser proactivo en el cuidado de su hijo durante un resfriado, puede ayudarlo a sentirse más cómodo y a volver a la normalidad antes.

En conclusión, saber cuándo llevar a su hijo al pediatra por un resfriado o tos es crucial para garantizar su salud y bienestar. Si bien la mayoría de estas enfermedades son autolimitadas y se pueden controlar en casa, es importante buscar atención médica si los síntomas son graves o prolongados. Como padres, debemos confiar en nuestro instinto y buscar consejo profesional cuando sea necesario para asegurar que nuestros hijos reciban la mejor atención posible. Con el conocimiento adecuado y una intervención oportuna, podemos ayudar a nuestros hijos a recuperarse de resfriados y toses comunes de forma rápida y segura.