El invierno puede ser especialmente difícil para los niños con eccema, una afección que causa sequedad, picazón e inflamación en la piel. El aire frío y seco típico del invierno puede provocar brotes, agravando la incomodidad y la irritación de la piel. Comprender cómo el aire frío afecta el eccema y cómo controlar los síntomas puede ayudarle a mantener la piel de su hijo lo más cómoda posible durante los meses más fríos.
1. ¿Por qué el aire frío desencadena brotes de eccema?
El aire frío y la baja humedad reducen la humedad de la piel, lo cual es problemático para los niños con eccema:
• Mayor sequedad: El aire frío retiene menos humedad, lo que puede provocar una piel muy seca que se agrieta e irrita con facilidad.
• La calefacción interior agrava la piel: Los ambientes interiores con calefacción también carecen de humedad, lo que agrava la sequedad que desencadena los brotes de eccema.
• Barrera cutánea debilitada: La piel propensa al eccema ya tiene una barrera cutánea debilitada, y las condiciones invernales dificultan aún más que la piel retenga la humedad.
Cuando la piel se reseca excesivamente, es más susceptible a la irritación, el picor y la inflamación, características del eccema.
2. Hidrata con frecuencia para conservar la hidratación
La hidratación regular es esencial para controlar el eccema, especialmente en invierno, cuando la piel necesita hidratación adicional:
• Elige una crema espesa y sin perfume: Las cremas y los ungüentos proporcionan una barrera más fuerte que las lociones, lo que ayuda a conservar la hidratación durante más tiempo.
• Aplicar después del baño: Aplica la crema hidratante inmediatamente después del baño o la ducha, mientras la piel aún esté húmeda, para conservar la hidratación.
• Reaplica a lo largo del día: Para mantener el eccema bajo control, reaplica la crema hidratante varias veces al día, especialmente en las zonas propensas a brotes.
La hidratación constante ayuda a fortalecer la barrera cutánea, reduciendo el riesgo de sequedad e irritación.
3. Use un humidificador para aumentar la humedad interior
Añadir humedad al aire interior puede ayudar a contrarrestar los efectos resecantes del aire frío y la calefacción:
• Coloque un humidificador en la habitación de su hijo: Un humidificador ayuda a mantener una humedad equilibrada, lo que evita que la piel se reseque rápidamente.
• Procure una humedad del 40-50 %: Este nivel de humedad proporciona comodidad sin favorecer la aparición de moho.
• Limpie con regularidad: Asegúrese de limpiar el humidificador con frecuencia para evitar la acumulación de bacterias, que pueden irritar aún más la piel sensible.
Un humidificador restaura la humedad del aire, aliviando la piel propensa al eccema.
4. Vístase con capas suaves y transpirables
La ropa adecuada puede marcar una gran diferencia en el manejo del eccema durante el invierno:
• Elija capas suaves de algodón: El algodón es delicado con la piel sensible y ayuda a prevenir la irritación.
• Evite las telas ásperas: La lana y las telas sintéticas pueden rayar o irritar la piel propensa al eccema, así que opte por camisetas interiores de algodón si necesita usar capas.
• Use capas para regular la temperatura: Usar capas ayuda a evitar el sobrecalentamiento, que puede provocar sudoración y agravar aún más el eccema.
La ropa suave y transpirable reduce la fricción y mantiene la piel cómoda, incluso en climas fríos.
5. Limite el tiempo del baño y use agua tibia
Si bien el baño puede ser relajante, la exposición prolongada al agua puede eliminar los aceites naturales de la piel:
• Procure que los baños sean cortos: Procure que duren de 5 a 10 minutos para evitar la sequedad excesiva.
• Use agua tibia: El agua caliente puede irritar la piel propensa al eccema, así que mantenga el agua tibia, no caliente.
• Use un limpiador suave y sin perfume: Los jabones fuertes pueden empeorar el eccema, así que opte por limpiadores suaves y sin perfume diseñados para piel sensible.
Los baños cortos y tibios, seguidos de una hidratación inmediata, ayudan a mantener el equilibrio de hidratación natural de la piel.
6. Protege la piel del frío y el viento
El viento y el aire frío pueden irritar la piel expuesta, empeorando los síntomas del eccema:
• Aplica un ungüento protector antes de salir: Una capa fina de ungüento sobre la piel expuesta, como las mejillas y las manos, ayuda a proteger la piel del frío.
• Cúbrete: Usa bufandas, gorros y guantes para proteger la piel de tu hijo del contacto directo con el aire frío.
• Usa bálsamo labial: El eccema también puede afectar los labios, así que aplica un bálsamo labial suave y sin perfume para mantenerlos protegidos.
Tomar estas medidas de protección ayuda a minimizar la exposición al frío, reduciendo la probabilidad de irritación.
7. Evita los desencadenantes que empeoran el eccema
El aire frío no es el único factor que afecta al eccema; otros desencadenantes pueden empeorar los brotes, especialmente durante el invierno:
• Vigila las alergias alimentarias: Algunos niños con eccema tienen sensibilidades alimentarias que pueden empeorar los síntomas, así que presta atención a cualquier desencadenante alimentario.
• Limite el estrés: El clima frío y el confinamiento en interiores pueden causar estrés, lo que puede exacerbar los síntomas del eccema.
• Controle la caspa y el polvo de las mascotas: El polvo y la caspa de las mascotas pueden irritar la piel propensa al eccema, así que mantenga su casa limpia para reducir los alérgenos.
Identificar y controlar otros desencadenantes puede ayudar a prevenir brotes y a mantener la piel de su hijo más cómoda.
Consideraciones finales
El aire frío y la baja humedad dificultan el invierno para los niños con eccema, pero algunas medidas preventivas pueden marcar una gran diferencia. Hidratar regularmente, usar un humidificador, vestirse adecuadamente y protegerse de la exposición