Estados Unidos está muy por detrás de muchos otros países en materia de atención médica preventiva. Solo el 21% de los niños recibe análisis anuales para detectar retrasos en el desarrollo, y solo el 14% recibe atención preventiva para problemas dentales. El Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU. recomienda a los padres programar al menos seis visitas de control infantil antes de que sus recién nacidos cumplan un año. Estos exámenes son esenciales para el crecimiento y desarrollo saludables del bebé. Este blog le ayudará a comprender la importancia de la atención preventiva y los problemas comunes que puede solucionar con éxito si le presta la atención que merece.

1. Resfriado y tos

Las infecciones respiratorias más comunes en los recién nacidos que causan resfriados y tos son las enfermedades de las vías respiratorias superiores. Virus como la influenza y los rinovirus son los responsables de estos resfriados. Estos virus pueden provocar síntomas como fiebre, goteo nasal y dolor de garganta. Después de la enfermedad inicial, los bebés también pueden experimentar tos seca que dura algunas semanas. Los chequeos regulares ayudarán a controlar los virus que atacan el cuerpo de su hijo y recomendarán maneras de controlarlos antes de que la situación se descontrole debido a su sistema inmunitario débil.

2. Retrasos en el Desarrollo

Hasta los 21 años, los pediatras se preocupan por el desarrollo físico, conductual y mental del niño. Son especialistas en diversas afecciones médicas pediátricas. La atención preventiva le ayuda a atender las necesidades médicas de su hijo desde el nacimiento hasta la adolescencia y a realizar un seguimiento de sus hitos de desarrollo.

3. Dolor de Oído

El dolor de oído es otra afección pediátrica típica a la que hay que prestar atención. Puede deberse a infecciones de oído, dolor de muelas, un resfriado o una infección de los senos paranasales. Estas afecciones incluyen la otitis media aguda o crónica, que afecta el tímpano, y el oído de nadador, que afecta el conducto auditivo externo. Una atención preventiva adecuada garantizará que los pediatras determinen las causas subyacentes de las molestias en el oído. Garantizan que los resfriados y las infecciones de los senos paranasales se traten antes de que provoquen dolor de oído.

4. Neumonía

Contrariamente a muchas ideas erróneas, la neumonía no es una enfermedad contagiosa. Es una infección pulmonar específica causada por una acumulación excesiva de moco o líquido en los pulmones. Los alvéolos pulmonares se esfuerzan demasiado para llenarse de aire, lo que reduce su eficacia. El asma y otras afecciones respiratorias, las infecciones virales y bacterianas pueden causar neumonía. Una atención preventiva adecuada puede ayudar a prevenir la neumonía en los recién nacidos. La vacuna contra la neumonía es una defensa muy eficaz contra esta enfermedad. Mantener la higiene mediante la limpieza de las manos y los artículos del hogar, dejar de fumar, usar mascarillas para bloquear el humo y otros cambios en el estilo de vida pueden ayudar a prevenir la enfermedad.

5. Crecimiento del bebé

Cuando nace un bebé, muchas partes de su cuerpo son inmaduras y frágiles. Durante las revisiones rutinarias de rutina, el pediatra examina el crecimiento físico del bebé y detecta anomalías para garantizar que esté sano y progrese según lo previsto. El médico busca erupciones o alergias en los labios, oídos, ojos y piel del bebé. La displasia de cadera es una de varias afecciones que pueden beneficiarse de una detección temprana. La atención médica preventiva es necesaria para corregir el desarrollo óseo anormal en los bebés.

6. Varicela

¡Quien haya tenido varicela nunca olvidará la experiencia! Esto es cierto, ya que los niños no toleran las erupciones ni la picazón. Los niños contraen con frecuencia la infección común y peligrosa conocida como varicela. El causante es el virus varicela-zóster (VVZ). La varicela dura de cuatro a siete días. Los síntomas típicos son erupciones que comienzan en el pecho, el cuello y la espalda antes de extenderse al resto del cuerpo, junto con fiebre en algunos casos. Las pequeñas ampollas llenas de líquido que se forman pueden ser muy dolorosas. Sin embargo, vacunar a su hijo como parte de la atención médica preventiva puede ayudar a protegerlo contra la enfermedad. Los niños que han recibido la vacuna contra la varicela pueden desarrollar solo un caso leve de la enfermedad, mientras que los que no la han recibido pueden desarrollar una enfermedad más grave.

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